30/11/07

UN CANDIDATO INMORTAL

¿Puede un hombre ciego de 94 años ser candidato a la presidencia de una república? La razón, la lógica y el sentido común nos dirían que un anciano condenado a moverse entre las tinieblas no podría llevar a cabo las tareas básicas de un candidato presidencial y, en caso de ganar las elecciones, menos aún las de un presidente, pero en la República Dominicana, isla espléndida y acogedora que acabo de visitar, invitado por la feria del libro de Santo Domingo, la política es una actividad afiebrada que no responde necesariamente a los dictados de la razón, y por eso Joaquín Balaguer, 94 años, cinco veces presidente, ocho veces candidato presidencial, mano derecha de Trujillo, es ahora, aunque usted no lo crea, el candidato a la presidencia por el partido Reformista Social Cristiano, en lo que probablemente sea una marca histórica en la política latinoamericana, si no mundial.

Pero, contra lo que pudiera pensarse, Balaguer no es un candidato minoritario, defendido por unos pocos partidarios acérrimos.

Las encuestas que leí en los periódicos locales lo dicen claramente, y así lo dicen también, a la manera vocinglera y juguetona que le es tan propia, los hombres y mujeres en la calle: al menos el 25% de la población apoya al ex presidente Balaguer y piensa votar por él en las próximas elecciones del 16 de mayo.

Balaguer, sin embargo, no es el favorito. Quien encabeza las encuestas es el candidato del partido Revolucionario Dominicano, de oposición al actual gobierno, el señor Hipólito Mejía, que, según las encuestas más confiables, cuenta con aproximadamente el 40% de la intención de voto, lo que le concedería, con mucha diferencia, la primera mayoría en las elecciones del 16 de mayo.

De ser así, el señor Mejía pasaría a disputar una segunda vuelta con el segundo candidato más votado, pues la Constitución dominicana establece, con buen juicio, que si ningún candidato obtuviera la mitad más uno de los votos en la primera vuelta, deberá celebrarse una segunda ronda entre los dos candidatos más votados.

Parece más o menos claro que, de no mediar hechos inesperados o errores mayúsculos, Hipólito Mejía será el candidato más votado. ¿Podría Balaguer pasar a la segunda vuelta y disputarle desde su temblorosa pero lúcida ancianidad la presidencia de la República Domicana? Sí, aunque tampoco es tan seguro que ello ocurra.

Balaguer está en una pelea muy reñida por el segundo lugar con el candidato del oficialismo, el partido de la Liberación Dominicana, el señor Danilo Medina, un político serio, moderado, que no posee al parecer dosis excesivas de carisma pero que da claras señales de conducirse con rigor y serenidad, lo que ya es bastante.

Medina representa además a un gobierno que ha sido bastante bueno, el de Leonel Fernández, el actual presidente dominicano, quien, de postularse a la reelección -algo que no puede hacer de acuerdo con las leyes, y hay que agradecerle que, a diferencia de otros presidentes latinoamericanos, haya sido lo bastante escrupuloso como para no violentar el marco legal y cambiar las reglas en beneficio propio-, la ganaría sin duda, porque la mayoría de dominicanos reconoce sin mezquindad lo que resulta evidente: que Leonel Fernández ha sido un muy buen presidente.

A mi modesto entender, el señor Fernández ha llevado a cabo un gobierno serio y eficiente, y su error más lamentable ha sido abrazarse y congraciarse con el tirano Fidel Castro, desliz que aún está a tiempo de corregir.

Si Balaguer logra la proeza de pasar a la segunda vuelta el 16 de mayo próximo, ¿podría ganarle a Hipólito Mejía? No es lo más probable, pero la respuesta es sí. Porque es sensato predecir que la gran mayoría de los votantes del PLD apoyarían en segunda vuelta a Balaguer.

El candidato del PLD tiene entre el 20 y el 25% de la intención de voto actualmente, si las encuestas son creíbles, y otro tanto reúne el eterno, el legendario, el incombustible señor Balaguer.

Es muy probable que ambas fuerzas se unan en caso de celebrarse una segunda vuelta, como se unieron hace cuatro años, dando paso a la victoria de Leonel Fernández, en lo que pareció, una vez más, el final de la increíble carrera política de Joaquín Balaguer, que es, como ha dicho Mario Vargas Llosa de visita en Santo Domingo, una esfinge a la que uno llega a descifrar, un hombre supremamente hábil y escurridizo (y Mario, que se ha entrevistado varias veces con Balaguer, sabe bien por qué lo dice).

A estas alturas, ya está claro: mientras tenga todavía un poco de vida, mientras sea capaz de respirar, el señor Balaguer podrá ser siempre presidente dominicano, porque es ya una leyenda viva, y las leyendas no se extinguen, sólo se acrecientan con el paso del tiempo.

¿Está bien que Balaguer sea candidato? ¿Sería bueno que ganase la presidencia una vez más? ¿Le presta un servicio a su país postulándose a los 94 años o más bien le hace un flaco favor?

No conozco personalmente a Balaguer, pero me inspira simpatía y respeto. Es un hombre culto, tolerante, que se conduce con serenidad y moderación.

Si bien colaboró con la dictadura de Trujillo, antecedente que en cierto modo mancha su notable trayectoria política, ha sabido servir a su país y ha sido en general un buen presidente y se ha ganado el cariño de mucha gente pobre y no tan pobre en esa isla maravillosa.

Dicho eso, dire también esto otro, con todo respeto: Balaguer no debió ser candidato a presidente.

Ninguna persona ciega, con 94 años, mermadas considerablemente todas sus facultades físicas, debería serlo.

No es serio ser candidato presidencial a una edad tan inverosímil. Podría decirse que Balaguer lo hace por amor a su pueblo. Yo creo que un mejor gesto de afecto y respeto a los dominicanos sería decirles: los quiero, me encantaría seguir sirviéndoles, pero soy un anciano, puedo morir hoy mismo, y no estoy en condiciones de gobernarlos cuatro años más.

Así como las constituciones suelen fijar una edad mínima para ser candidato presidencial -suele ser 35-, el otro día pensaba, recorriendo el malecón en Santo Domingo, disfrutando de la vida sabrosa en ese rincón de América, que quizás allí deberían establecer también una edad máxima -me atrevo a sugerir: 75 años-, porque, como van las cosas, y teniendo en cuenta su admirable lucidez y su salud de hierro y su astucia infinita y el afecto de los dominicanos que no cede, el inmortal Joaquín Balaguer, tantas veces dado por cadáver político, tantas veces resucitado, volverá a ser candidato a los 100 años o más, y eso sería ya más delirante y asombroso que el mejor de los merengues de Juan Luis Guerra.


COMO SER UN ESCRITOR DE PRESTIGIO

Cosas que un escritor en busca de prestigio entre sus torturados colegas y los críticos más o menos insidiosos nunca debería hacer, para evitar que lo tachen de frívolo, liviano, vendido al mercado y oportunista: Vivir en Miami o, peor aún, decir que le gusta vivir en Miami o que no desprecia a quienes viven en esa ciudad.

Viajar en clase ejecutiva o, peor aún, tener amigos ejecutivos o, esto ya es catastrófico, decir que no acepta invitaciones en clase económica para vuelos largos y quizá ni siquiera para vuelos cortos: un verdadero intelectual debe viajar siempre atrás, en económica, en asientos bien angostos, para que le duelan las miserias del mundo.

Ir al gimnasio o, peor aún, decir que es capaz de ir al gimnasio y, sin embargo, o gracias a eso, escribir todos los días. Blanquearse los dientes o, peor aún, sonreír a menudo enseñando esos dientes pulquérrimos en los que ha invertido las regalías literarias de varios meses: algunos de sus colegas le dirán, con el ceño fruncido y los ojos atacados de melancolía (que es como posan para los sombríos retratos que aparecen en sus libros no menos sombríos, aunque luego se emborrachen y rían a gritos, escandalosamente), que un verdadero intelectual nunca debe sonreír, pues sólo los tontos son felices.

Ir a los programas de televisión o, peor aún, hacer bromas en esos programas o, esto ya es indefendible, un atentado al recato y el recogimiento moral que se espera de un escritor, ese apóstol laico cuya vocación ha de estar reñida con toda forma de humor, dar algún beso escandaloso en televisión.

Leer (sería más exacto decir: hojear) la revista española Hola! o, peor aún, decir que lee Hola! o, esto ya es devastador, salir retratado en esa revista de princesas desdichadas y millonarios aburridos, diciendo que, a pesar de todo (es decir, a pesar de sus padres), es razonablemente feliz.

Pronunciarse políticamente de un modo claro y enfático o, peor aún, pronunciarse contra los héroes morales de la progresía latinoamericana, es decir Castro y Chávez, ese par de matones, o, esto ya es un abuso, un brote siniestro de racismo, pronunciarse contra Evo Morales, el procónsul asustadizo del megalómano Chávez.

Decir que no conoce Bolivia porque, en honor a la verdad, basta de hipocresías, no arde en deseos de conocerla, o, peor aún, decir que Bolivia no puede reclamar como suyos unos territorios que perdió en una guerra hace más de un siglo, porque casi todos los mapas se han trazado luego de guerras injustas y porque el mundo sería un caos si tuviésemos que volver a las fronteras que existían antes de cada guerra.

Votar en su país de origen, aunque viva la mayor parte del tiempo en otros países, y decir sin ambigüedades por quién votó. Decir que quienes votaron en el Perú por un ex capitán que secuestró, torturó y mató, actuando como sicario del ejército corrupto de un dictador felón, son unos tontos que desprecian o ignoran el valor de la libertad y la democracia, y que tamaña estupidez, la de confiar en un matón enmascarado que admira a otros matones como Castro y Chávez, quizá no sea culpa de ellos sino del aturdimiento o la confusión que a veces ocurre cuando se respira poco oxígeno en las alturas peruanas, donde ese candidato de ideas trasnochadas recogió la mayor parte de sus votos: algunos escritores o periodistas, que poco o nada hicieron para evitar el triunfo de ese candidato impresentable, rodeado de pillos y oportunistas, saldrán a insultarlo con ferocidad.

Hacerse ciudadano de los Estados Unidos o, peor aún, decir que admira a los Estados Unidos. Ir con sus hijos a Disney o, peor aún, decir que pasó unos días felices con sus hijos en Disney: un verdadero intelectual debe repudiar toda forma masiva de alegría humana (o toda forma de alegría, incluso si no es humana) y llevar a los niños a lugares como El Museo del Holocausto o el Museo de la Santa Inquisición.

Aspirar a un premio literario o, peor aún, ganar un premio literario: todos los premios son un fraude, salvo los que ganan los amigos o conceden los editores amigos.

Publicar en la editorial Planeta o, peor aún, ganar el premio Planeta o, esto ya causa un daño irreparable, integrar el jurado del premio Planeta.

Decir que no bebe alcohol ni fuma tabaco: sus pares desconfiarán inmediatamente de él y lo verán como un enemigo, pues un escritor de raza debe ser un borracho legendario y un fumador impenitente, que odie cualquier forma de vida saludable (y, a ser posible, cualquier forma de vida).

Ir al concierto de Shakira o, peor aún, bailar en ese concierto. Ir al concierto de Madonna o, peor aún, decir cuánto pagó por asistir a ese concierto odioso.

Decir que duerme al menos ocho horas consecutivas: un escritor con algún mínimo talento tiene que dormir mal o hacer todo lo posible para dormir mal y jactarse de ello.

Odiar las corridas de toros o, peor aún, decir que las odia. Publicar un libro cada dos años o, peor aún, publicar cada dos años libros que venden bastante bien: un escritor debe sufrir prolongadas sequías creativas y evitar así, con admirable sensibilidad ecológica, la deforestación de los bosques.

Vivir en una casa con piscina (los críticos se ensañarán con el detalle de la piscina y no se lo perdonarán: un escritor está moralmente impedido de bañarse en una piscina, un goce frívolo que lo descalificará para siempre), conducir un auto de lujo (mucho peor si es de transmisión automática) o mandar a sus hijos a un buen colegio: esas son señales inequívocas de que dicho escritor es, en realidad, un impostor, un mercenario, un mamarracho, porque todo artista de genuino talento tiene que reconocer las incomprendidas virtudes de la pobreza y obligar a sus hijos a que las descubran igualmente. Ponerse a dieta o, peor aún, confesarlo en alguna entrevista.

Que son todas cosas que he hecho y, me temo, seguiré haciendo, aunque algunos escritores prestigiosos me critiquen por eso.


¿QUE HACER CON PINOCHET ?

Acabo de pasar un par de días en Santiago de Chile, una ciudad en la que podría vivir sin ninguna dificultad, y, además de llevarme la sorpresa de un clima bastante frío para abril y un aire menos viciado del que encontré la última vez que la visité, noté con asombro, con sólo abrir la prensa local, que el debate sobre el general Pinochet sigue azuzando controversias, dividiendo a los chilenos y crispando el ambiente político. Los chilenos parecen condenados a vivir bajo la sombra de Pinochet, incluso ahora que pueden respirar un clima saludable de democracia y libertad.

Recibí con satisfacción la noticia del regreso a su país del general Pinochet, luego del largo cautiverio al que fue sometido en Londres como consecuencia de la implacable persecución que dirigió contra él un juez español, y sigo pensando que era un despropósito y una injusticia que el ex dictador de Chile fuese juzgado en los tribunales de Londres o Madrid por los crímenes reales o supuestos que habría cometido en Chile durante los diecisiete años que duró la dictadura que encabezó.

No tengo simpatía por el señor Pinochet y no defiendo ninguna dictadura, ni las de izquierda ni las de derecha, y si Pinochet cometió delitos durante su gobierno debe sin ninguna duda enfrentar en los tribunales el veredicto de la ley, pero ese proceso, para que sea justo, tiene que llevarse a cabo en el lugar donde se cometieron esos actos de barbarie y donde, comprensiblemente, las víctimas reclaman que se haga justicia, y no en un país extranjero, donde, por otra parte, muchos colaboradores de Franco se han intregrado a la democracia española sin sufrir ningún tipo de persecución legal. No tenía sentido juzgar en España al general Pinochet.

Era un claro atropello al marco legal chileno y al derecho que les asiste a los chilenos para hacer justicia, reconciliarse con su pasado y encontrar por fin una manera justa y razonable de cerrar ese capítulo de su historia. Pero ahora que el general Pinochet descansa en su confortable residencia de Santiago, custodiado por una seguridad de hierro y rodeado de su familia y sus incondicionales -que no son pocos-, ¿debemos esperar resignadamente a que el senador vitalicio disfrute de sus últimos años de vida sin darle la cara a la justicia por los abusos que cometió cuando ejerció con mano dura el poder? Pinochet no debía ser juzgado fuera de Chile, pero debe ser juzgado en su país.

Como es sabido, el general enfrenta ya decenas de juicios en los tribunales chilenos, y algunos de sus ex colaboradores están confinados en prisión. Sin embargo, los abogados del señor Pinochet alegan que su cliente no está en condiciones de médicas de ir a un juicio, el mismo argumento que usaron para conseguir que fuese liberado en Londres y devuelto a Santiago, en lugar de ser extraditado a Madrid.

¿Es creíble que el general esté con la salud tan quebrantada como para exonerarlo de toda responsabilidad penal y dejarlo libre de las acusaciones que pesan sobre él en tribunales chilenos? ¿Cabe decir, como se ha afirmado, que Pinochet carece incluso de la lucidez necesaria para ir a juicio, es decir que su salud mental está en entredicho? Yo creo que el general es un anciano muy robusto y vigoroso, y que su cabeza sigue estando bastante despierta. Para lanzar esta temeraria afirmación no tengo otra evidencia que las imágenes que hemos podido ver en la televisión, pero esa es mi honesta sospecha: que el general no está tan gravemente enfermo como para liberarlo de los juicios que debe enfrentar. ¿Debe ser examinado el general Pinochet para saber si su salud le permite dar la cara en los tribunales?

Sí, pero no por sus amigos del hospital Militar, cuya imparcialidad es harto cuestionable, sino por un equipo de médicos confiables y competentes, que deberían someterlo a un chequeo riguroso para saber exactamente si el ex dictador de Chile está en condiciones de presentarse en los tribunales de su país. Si Pinochet fue sometido a exámenes médicos en Londres, ¿por qué no debería ser chequeado en Santiago? ¿No es una contradicción inaceptable decir que Pinochet no debía ser juzgado en el extranjero pero, al mismo tiempo, afirmar que el veredicto de los médicos británicos es definitivo e inapelable?

Para que se haga justicia, el primer paso debería ser que un grupo de médicos chilenos examinen a Pinochet y nos digan si puede enfrentar a la justicia de su país. Si, como sospecho, Pinochet tiene salud suficiente como para ir a juicio, correspondería entonces privarlo de la inmunidad parlamentaria de la que goza en su condición de senador vitalicio.

No sería un acto inspirado en la revancha o el rencor, sino tan sólo en la necesidad de que Pinochet le dé la cara a la verdad. Sería profundamente injusto decir que Pinochet no puede ser juzgado porque se ampara en la inmunidad parlamentaria. Siempre me ha parecido absurdo eso de la inmunidad: ¿no deberían ser los parlamentarios los primeros en ponerse a disposición de la ley? Sería malo para Chile que el general se esconda bajo el paraguas legal que él mismo se fabricó a fin de ponerse a buen recaudo de la justicia.

Si Pinochet cometió unos atropellos y unos delitos en verdad indefendibles, no sería apropiado que la justicia de su país no pueda exigirle cuentas sólo porque ahora el ex dictador es senador vitalicio: de ser así, quedaría la clara sensación de que en Chile no se imparte justicia y el general es una especie de intocable, argumento que defendían con virulencia quienes se oponían al regreso de Pinochet a su país. ¿Sería bueno para Chile que los mejores médicos de ese país digan que Pinochet sí puede ser juzgado y que entonces se le levante la inmunidad parlamentaria? Yo creo que sí.

Porque sólo en ese momento podremos decir, quienes queremos a ese hermoso y admirable país, que en Chile todos los ciudadanos están sometidos al imperio de la ley; que en Chile sí hay una justicia libre y confiable; que los crímenes no quedan impunes; y que por fin Pinochet enfrentará a los tribunales allí donde sus enemigos dicen que violó tantas veces la ley: en su propio país. ¿Debe pasar Pinochet el resto de sus días en una prisión chilena? Eso no lo sé yo, y sólo podrán dictaminarlo, llegado el momento, los jueces de Chile.

Si cometió los delitos que se le imputan, que sea condenado, no importa su edad y menos los privilegios legales que se mandó diseñar; y si es inocente de los cargos que pesan sobre él, que un tribunal chileno lo diga en voz alta para que el general Pinochet pueda seguir disfrutando del cariño de sus hijos, sus nietos y sus muchos amigos chilenos. Pero que se haga justicia por el bien de Chile.


JAIME BAYLY : ACIDO Y DIRECTO

Jaime Bayly es más conocido en nuestro país por su programa de entrevistas “La noche es virgen”. Así también tituló una de sus novelas con la cual ganó el premio Herralde en 1997. Bayly se ha destacado en su programa por sus comentarios ácidos y directos en contra de lo que él llama los políticos recalcitrantes y trasnochados de América Latina.

Es así que su lista oscila entre Fidel Castro, Hugo Chávez e Inácio “Lula” Da Silva, pasando por Lucio Gutiérrez. Lo irónico es que no incluya a Bush como uno de los más desalmados. Otras de las formas por la que se conoce a Bayly es por su novela “No se lo digas a nadie” (más bien por la versión cinematográfica) en la que el autor va más allá de la propuesta de significación homosexual común. En este sentido es un texto que ataca la xenofobia y la hipocresía de una sociedad construida con un andamiaje de represión a ultranza.

Ácido y directo Si partimos de la forma en que Bayly va al público televisivo, su otro público puede leer, de una u otra forma, las mismas frases ácidas y directas pero trastocadas hacia otros blancos: la sociedad y sus vicios, personajes reprimidos, la mojigatería malsana, el machismo intolerante, la xenofobia, entre otros.

He ahí el meollo del asunto, puesto que si Bayly trata de atacar estos males, quizá con el ánimo de denunciar o de apaciguarlos nada más, se ve en la obligación de atacarlos de forma descarnada, pero en ocasiones la desnudez de su lenguaje hace perder el vuelo o los tropos (figuras) de la novela. En este sentido es que pretendemos comentar su reciente novela titulada “La mujer de mi hermano” (Editorial Planeta, 2003) en la que Bayly nos sumerge en un mundo familiar, pero sordo, por no decir sórdido.

Entonces es una novela que descubre secretos familiares, un triángulo en el que se desborda la pasión. Se nota que Bayly construyó este texto pensando más en la protagonista (en una reciente entrevista lo dijo de forma categórica). De ahí que se dijera que era una forma interesante de promocionar la obra (el querer meterse en la piel de Zoe la protagonista que ama a su marido pero que desea a su cuñado) que da la impresión de convertirse en un Best seller. Esto aunado a la explotada imagen bisexual de Bayly.

Ironía mordaz “La mujer de mi hermano” es la historia de un adulterio y de un secreto. Un triángulo amoroso entre Ignacio, exitoso banquero, Zoe, su mujer, hermosa y aburrida, y Gonzalo, el hermano de Ignacio, pintor y bohemio. El secreto es el adulterio y sus consecuencias. Bayly, de una u otra forma demuestra ser un maestro de la ironía más mordaz. Un experto en sacar a la luz la hipocresía de una sociedad que prefiere la falsa moral.

En la protagonista de la novela, hay un claro homenaje, sibilino y perverso, a las perfidias y al cinismo como una estrategia de supervivencia. Las verdades aparecen siempre alteradas, desfiguradas. Y los propios personajes son un daguerrotipo de esa gente de clase alta que dicen las cosas de manera leve, encantadora, sin crisparse y que no dejan de esconder un alto grado de sofisticación maquiavélica. Zoe, que es el personaje más importante, es una mujer guiada por el instinto de supervivencia.

Se vale de su elegancia y de su condición de clase para enrevesar todo a su antojo. Aunque más que supervivencia es guiada, como diría Freud, por el principio del placer por encima del principio de la realidad.

El engaño como juego La novela de Bayly es una crítica de esas buenas maneras, que no dejan de estar vacías, donde nada es lo que parece y donde la doble moral, las convenciones sociales y los pecados ocultos son los que establecen la norma.

No es gratuito la consumación del triángulo. Zoe, al quedar embarazada de su cuñado y al asumir su esposo, quiebra la norma e impone otra: el engaño como juego, como forma relacional. Llama la atención que Bayly en la construcción del personaje, cuñado primero lo trate con nitidez y lo enaltezca como el elemento salvador de la atmósfera para luego terminarlo satanizándolo, pareciera que Bayly al final toma otra opción casi igual a la que critica.


LA ESPOSA DEL CANTANTE

Un cantante de nombre improbable, uno de esos cantantes que están de moda porque farfullan un torrente de vulgaridades con poses de rufián y sobándose un poco la entrepierna, está invitado a mi programa de televisión en Miami.

No sé nada de él ni de su música, no he oído nunca ninguno de sus discos, pero lo he invitado porque todos me dicen que es muy famoso y que los jóvenes lo adoran y bailan sus canciones ásperas y pendencieras.

El día del programa, que es en directo, el representante del cantante de nombre improbable me llama y me comunica con voz apesadumbrada que dicho artista, si podemos llamarlo así, no podrá asistir a la entrevista porque su esposa ha tenido un grave problema de salud y ha sido llevada de urgencia a un hospital y está muy delicada, y el cantante naturalmente está a su lado y no quiere separarse de ella en un momento tan contrariado.

A pesar de que faltan pocas horas para el programa y no tengo otro invitado, le digo al representante que entiendo perfectamente la cancelación, que lamento el infortunio, que el cantante hace bien en olvidarse de mi programa y quedarse con su esposa, que no se preocupe, que le mande muchos saludos a su patrocinado, el muchacho de la gorrita de béisbol, los anteojos oscuros, las cadenas doradas y las posturas rufianescas. Apenas corto el teléfono, pienso: ¿No será que me están mintiendo, que han enfermado a la esposa porque el cantante con aire de hampón neoyorquino está borracho o dopado o subido en un cocotero o planeando el asalto de un banco?

¿No suena a excusa de dudosa reputación eso de enfermar a un miembro de la familia para sacudirse de un compromiso odioso? Pero luego me digo: No, no pueden estar mintiendo, tiene que ser verdad, esta gente viaja mucho y duerme poco y tiene peleas sentimentales de gran ferocidad y lógicamente se estresa, se angustia, se enferma y termina en un hospital.

Por las dudas, tanto por las buenas como por las malas razones, esa noche, durante el programa, digo que el cantante de nombre improbable debía presentarse esa noche conmigo en televisión, pero que desafortunadamente no pudo hacerlo porque su esposa está muy delicada de salud, internada de urgencia en un hospital, y luego, con la voz algo quebrada y una tristeza impostada, le envío a la esposa afligida un saludo muy cariñoso, muy sentido, deseándole una pronta recuperación.

Cuando termina el programa, mientras voy manejando de regreso a casa, suena el celular. Es el representante.

Está muy agitado, al parecer molesto. Me dice que he hecho una locura, que no he debido decir que la esposa está en el hospital, que le he creado un problema considerable.

Le digo que no ha habido ninguna mala intención en mis palabras, sólo el deseo genuino de que la pobre mujer se reponga de esa crisis de salud y que el cantante, entretanto, se sienta acompañado y comprendido por nosotros, lo que, en rigor, es una mentira vil.

El tipo me dice que la esposa no está enferma, que no la han llevado a ningún hospital, que fue una excusa que tuvo que decirme porque el cantante se perdió con una novia jovencita, se escaparon a un hotel discreto en la playa, y no tuvo escrúpulo o pena alguna en cancelar todos sus compromisos, turbado por las comprensibles urgencias de ese amor clandestino.

Le digo que lo siento mucho, que yo le creí, que por eso le mandé saludos a la esposa enferma. Me dice que la prensa lo está llamando, que le piden el nombre del hospital, le preguntan qué tiene la esposa, cuán grave está, y él no sabe qué decir. Y lo peor es que la esposa vio el programa, o alguien lo vio y la llamó preocupada, y ahora está indignada, pidiendo una explicación.

Le pido disculpas por mi imprudencia, pero en realidad estoy encantado. Poco después me llama la esposa, que no sé cómo ha conseguido mi número, y se presenta, me dice su nombre, y está llorando, a duras penas consigue hablar. Entonces me doy cuenta de que estoy en problemas.

Ella me dice que su esposo, el cantante de aire patibulario y abundantes tatuajes y cicatrices, está furioso, como un loco, rompiendo cosas (quizá una lámpara o un florero o un espejo, pero no sus discos lamentablemente), y que niega haber dicho que ella estaba enferma, pero ella quiere saber la verdad, quiere saber por qué dije lo que dije en la televisión.

Le digo la verdad porque ya no cabe mentirle: que el representante me llamó faltando pocas horas para salir al aire y me dijo que el cantante no podía darme la entrevista porque ella estaba muy enferma, casi agonizando en el hospital.

Ella grita un par de improperios caribeños, se olvida de despedirme o darme las gracias por mis saludos tan sentidos y corta o rompe el celular o lo tira por el balcón o se lo tira a su esposo.

Esa noche duermo con una sonrisa, porque nada es más dulce que una venganza con aire tierno y modales afectuosos. Pero la noche siguiente, cuando salgo del estudio a las once, encuentro mi camioneta con las cuatro llantas desinfladas, la pintura rayada, y una inscripción hecha con aerosol blanco sobre el vidrio delantero que dice: “Tienes un humor déspota. No me gusta tu zarcazmo. Vas a terminar en el hospital”.

Ahora estoy escondido, y cuando me preguntan por el reggaetón, digo que me encanta, que es un arte incomprendido.


UN SILENCIO CONVENIENTE

Mi madre y yo dejamos de hablarnos hace más de dos años. El silencio se instaló entre nosotros cuando besé a un querido amigo en la televisión de Barcelona.

Pocos días después ella vio las imágenes y me escribió un correo electrónico que decía: “Estoy de luto profundo. Siento que he perdido a un hijo”.

Obviamente, ese hijo era yo. Desde entonces no nos hemos visto ni cruzado palabras, aunque en mi último cumpleaños me escribió brevemente deseándome felicidades...Mi madre es muy buena y generosa. Tiene diez hijos. Es una santa, si alguien puede ser una santa.

Va a misa todos los días. Cree que Escrivá es santo y le reza con devoción. Sueña con ir al cielo y cree que los hombres que besan hombres, como yo, no iremos al cielo. Por eso está triste. Porque su hijo mayor no irá al cielo con ella. Por eso está o estaba de luto profundo. Porque siente que me ha perdido para toda la eternidad.

Yo también estoy triste porque no puedo dejar de besar hombres y tampoco puedo dejar de querer a mi madre. Hace cuatro años la invité a pasar una semana conmigo. Fueron días inolvidables. Ella me contó su vida. Comprendí cuánto había sufrido. La acompañé a misa todos los días. Me confesé con un cura obeso y amanerado.

Lloré. Comulgué. Me propuse fervorosamente cambiar para que mi madre estuviese orgullosa de mí. Durante un par de meses, fui a misa los domingos, evité besar hombres y traté de ser el varón católico y heterosexual que mamá siempre quiso que fuese.

Me alegro de confesar que fracasé bien pronto: el celo religioso duró menos que un verano. Cuando publiqué mi primera novela, "No se lo digas a nadie", hace ya diez años, mi madre, angustiada, vino a verme a Miami y me dijo en mi casa: “Ese libro es basura”. No dijo: “Es una basura”. Dijo: “Es basura”. Me dolió en el alma, si es que tengo alma. Lo cierto es que me dolió. Le pregunté si lo había leído y me contestó secamente que no.

Años después publiqué una novela, "Yo amo a mi mami", con la ilusión de que le gustase o al menos de que no le pareciese una basura. Por eso ilustré la portada con una fotografía en la que aparecemos ambos: ella muy joven, guapa, espléndida, delgada, en pantalones apretados; yo de niño, en mi uniforme escolar, con saco y corbata.

Cuando veo esa foto me parece recordar que éramos felices. Mi madre sonreía porque estaba orgullosa de mí. Yo sonreía porque amaba a mi madre, la amaba más que a nadie en todo el mundo. Esa novela, para mi sorpresa, tampoco le gustó.

Me dijo que sólo leyó los primeros capítulos y que le molestó mucho que me burlase de una amiga suya que tenía un trasero muy grande. Indignado conmigo, uno de mis hermanos fue entonces a un programa de televisión y se jactó de no haber leído ninguno de mis libros. “Yo no leo libros de maricones”, afirmó con modales ásperos. (Pudo haber dicho simplemente: “Yo no leo libros”, pero al parecer quiso ser más preciso).

Poco después dio una entrevista a un diario peruano y reveló que él sí amaba a nuestra madre, pero que yo de ninguna manera la amaba, y añadió que por eso le indignaba el título de mi novela, que, en su opinión, era deshonesto, fraudulento.

Cuando leí esas sorprendentes reflexiones en el periódico más tradicional de Lima, llamé a mamá y le pedí que amonestase a mi hermano. Sin embargo, ella lo defendió porque él se casó en una iglesia, es heterosexual, va a misa los domingos y educa a sus hijos en un colegio del Opus Dei.

No hace mucho, apenas publiqué "La mujer de mi hermano", él, sin haber leído la novela, y quizá ofuscado por el título, se tomó el trabajo de mandarme un mail diciéndome: “Todos tus libros son basura”. No dijo: “Son una basura”. Dijo, como mi madre: “Son basura”.

De nuevo, me quejé en vano ante mamá: ella dijo que mi crispado hermano tenía razón y que no pensaba leer ese libro basura. Cierta vez publiqué un poemilla diciendo que sentía celos del difunto Escrivá porque me gustaría que mi madre me quisiera tan incondicionalmente como lo adora a él. A mamá no le gustó ese poema cursilón.

Comprendí sus razones: ella no hará nada que ponga en riesgo su travesía al cielo y le impida reunirse en la vida eterna con su santo Escrivá.

Si mi queridísima madre tiene razón y Dios existe y Escrivá fue un santo y ella irá al cielo pero yo no debido a que me gusta besar hombres o a un hombre en particular, tal vez deberíamos vernos ocasionalmente ahora que podemos, porque después, en la eternidad con que ella sueña, me temo que ya no será posible, dado que yo, está escrito, arderé con los pecadores, los blasfemos y los impíos.

Si, como a menudo sospecho, mamá está equivocada y sólo tenemos esta vida y lo demás es muy incierto, también deberíamos vernos de vez en cuando, porque después, cuando la muerte nos sorprenda, es obvio que ya no será posible.

Pero mi madre, tan buena ella, sufre porque me gusta besar a un hombre y porque además lo hago en público y me permito hacer alarde de ello y yo también sufro porque no puedo dejar de besar a ese hombre por amor a mi madre.

Por eso ambos respetamos este silencio conveniente que es, de momento, la mejor manera de querernos o al menos de no lastimarnos.


DEVUELVE LA PLATA HIJO

Juán Marsé le entregó a Jaime Bayly 150.000 euros por haber quedado finalista del Premio Planeta y aprovechó para cantarle las cuarenta por la mala calidad de su novela.
El novelista peruano le contesta hoy a Marsé, quien ha dimitido del jurado, a través de una conversación con su madre, quien le pide: "Devuelve la plata, hijo"........



Mi madre me llama a Barcelona y me dice: Hijo, ¿se puede saber en qué lío te has metido? Le digo: No me he metido en un lío, mamá, he ganado un premio. Me dice: No me mientas, amor. Le digo: Te juro, mamá, he ganado un premio. Me dice: No es lo que he leído en el periódico acá en Lima.

Le pregunto: ¿Qué has leído? Me dice: Acá ha salido en todos los periódicos que has hecho algo muy feo en España y que hay unos señores escritores españoles que dicen que has escrito unas cosas muy feas. Le digo: No, mamá, es sólo la opinión de un escritor... Me interrumpe: Amor, a tu mami no le puedes mentir. Yo sé que has hecho algo muy malo.

Es mejor que lo reconozcas con humildad cristiana y que pidas perdón y devuelvas lo que te has robado. Le digo: No he robado nada, mamá. Me dice: Bueno, tú sabrás, Jaimín, haz un examen de conciencia y pregúntale a Nuestro Señor si debes devolver esa plata.

Porque acá los diarios dicen que hay unos señores muy importantes de España que están reclamando que devuelvas la plata, amor. Le digo: No, mamá, nadie pide eso. Me dice: Acá te paso con tu papá, hijito.

Mi padre me dice: Hijo, por favor, devuelve el premio, hazlo por la familia. Le digo: ¿Por qué dices eso, papá? Me dice: Hijo, no puedes seguir haciendo escándalos por el mundo. La familia sufre mucho por tu culpa. Tienes que devolver esa plata.

Todo el jurado está diciendo que no la mereces.Ten un poco de dignidad y devuélvela, hombre. Le digo: No es todo el jurado, papá. Es sólo un miembro del jurado. Me dice: No, hijo. Yo vi las noticias por el cable en Televisión Española.

Había una señora mayor que también decía que no mereces ese premio.Le digo: Bueno, sí, eran dos miembros del jurado. Me dice: Si has hecho trampa, reconócelo y devuelve los 150.000 euros. Le digo: No he hecho trampa, papá. Me dice: No es lo que dicen los periódicos en Lima. Acá ha salido clarito que tu novela es malísima y que hay un tremendo escándalo en España porque todos los escritores están reclamando que te boten del país y que devuelvas la plata.Le digo: No es así, papá.

Están exagerando. Me dice: ¿Quieres que te pase por fax los recortes de los periódicos de Lima? Dame el fax del hotel y te los paso. Le digo: Papá, te juro que no he hecho nada malo. Me dice: No es lo que dice el jurado. Le digo: Pero el jurado me ha dado el premio. Me dice: No, hijo, lo que te han dado es una tremenda regañada. Le digo: Bueno, sí, más que un premio pareció una amonestación.

Me dice: Yo te aconsejo que devuelvas la plata y pidas disculpas y dejes de escribir esos libros tan fregados que siempre escribes. Hazme caso. Yo soy tu viejo. Le digo: Gracias, papá. Me dice: De nada, hijo. Y mándale saludos de mi parte a ese señor Massé. Dile que me cae muy bien y que estoy totalmente de acuerdo con él. Le digo: Es Marsé, papá. Juan Marsé.

Me dice: Sí, pues, de Massé te estoy hablando. Mándale un abrazo de mi parte. Dile que me parece un tipo de primera, muy moral. Cuando vaya a Barcelona lo voy a invitar a cenar. Le digo: Ya, papá. Me dice: Llama a Massé, hijo, y devuélvele la plata. Y dale un abrazo de mi parte.


HISTORIA DE UNA ADICCION

Salí por primera vez en televisión a los dieciocho años, en Lima. Era columnista de La Prensa, un periódico conservador. Me llamaron a hacer entrevistas en Canal 5.

Creo que no lo hice mal, o no tan mal como el pobre hombre al que le robé su trabajo. Dos años después, tuve que irme del Perú porque el presidente de entonces, Alan García, no quería verme en televisión.

Me detestaba (incluso más de lo que yo mismo me detestaba) por una pregunta atrevida que le hice sobre su salud mental poco antes de que ganase las elecciones. Refugiado de sus iras, terminé haciendo un programa de política internacional en Santo Domingo durante cinco años.

No sabía nada de política internacional -podríamos decir, más exactamente, que no sabía nada de nada-, pero fingía saberlo y no era difícil embaucar a los dominicanos, gente noble y alegre si la hay. Volví a la televisión peruana cuando Vargas Llosa fue candidato presidencial.

Lo apoyé resueltamente desde mi programa. Quizá perdió por eso. Quizá perdió también por eso. Cuando perdió, esperé a que terminase mi contrato con Canal 4 y me fui a Madrid. Quería ser un escritor. No pensaba volver al Perú.

Me parecía un país loco, suicida. Medio año después, como me quedaba poco dinero en el banco, traicioné mis sueños literarios y me mudé a Miami, contratado por Canal 5 para hacer un programa desde esa ciudad para el Perú. El programa fue un fracaso instantáneo.

El público quería verme de regreso en Lima. Caía muy mal que hiciera televisión para el Perú sin pisar el Perú. Tuve que volver a Lima. El programa renació y fue un éxito. Eran los años salvajes, de las noches locas, desmesuradas, infinitas. Tomaba cocaína antes de hacer el programa.

Curiosamente, cuando no la tomaba, declinaban los índices de audiencia. El público acompañó lealmente mis desplantes, desenfrenos y travesuras bobas. Desde entonces me llamaron “el niño terrible”. Nunca pude sacudirme de ese error o malentendido.

Cuando Fujimori dio el golpe, los militares apandillados con él tomaron el canal y los empresarios de televisión se hincaron de rodillas. Renuncié y me fui del Perú la noche siguiente. Estaba harto de la televisión. Por suerte, tenía unos ahorros. Un canal de Miami, Telemundo, me ofreció un programa, pero no me animé. Quería encerrarme a escribir.

No tenía fuerzas para seguir sonriendo a sueldo. Me fui a Washington. Viví tres años de mis ahorros, escribiendo como un demente (lo que es distinto de escribir bien) y desintoxicándome de la televisión y otras drogas aún peores. Así pude terminar mi primera novela. Al terminarla, ya casado y con una hija, me di cuenta de que casi no me quedaba dinero en el banco, y el anticipo que me pagó Seix Barral fue apenas simbólico.

Resignado por la crudeza de los hechos, tuve que volver a la televisión peruana, a Canal 5 nuevamente. Mi regreso coincidió con la publicación de la novela y el escándalo parroquial que provocó. Fue un momento duro, de críticas feroces. Extrañamente, el programa, tal vez debido al escándalo de la novela, tuvo cierto éxito. Fue entonces cuando, a finales de 1994, mi esposa me dijo que estaba embarazada por segunda vez.

Decidimos irnos a Miami, escapando de las iras de su madre. Le rogué a mi buen amigo Arturo Delgado, dueño de Canal Sur, que me diese un programa. Con una gran generosidad, o con una gran imprudencia, Arturo confió en mí.

Era mi segunda tentativa de hacer televisión en Miami, pero la primera que, para mi fortuna, se vería en esa ciudad. Montamos un estudio en las oficinas de un banco que había quebrado en Lincoln road (que entonces no era la calle de moda que es ahora).

El programa duró casi dos años, y el público de Miami lo acompañó generosamente. Luego vinieron años mejores. Apenas se disolvió mi contrato con Sur, me ficharon en CBS para hacer un programa de entrevistas en su canal en español, que se veía en Miami y Latinoamérica.

Fue una gran aventura: tres años de entrevistas a personajes notables y de amplia exposición en varios países de la región. (Aquel programa fue comprado en Buenos Aires por el viejo Alejandro Romay y era emitido por Canal 9 a la medianoche. Según todos los indicios, era una cura infalible para el insomnio). Pero nada dura para siempre, y a las buenas rachas sobrevienen a veces tiempos aciagos, de tropiezos y caídas.

Que fue lo que pasó: en mi mejor momento, cuando parecía que nada podía interrumpir esa bochornosa seguidilla de pequeños triunfos mediáticos, Telemundo me contrató, lanzó mi programa de entrevistas, fue un fracaso de audiencia y me despidió sin contemplaciones, a sólo meses de haberme puesto en el aire.

Era la primera vez que me cancelaban un programa. Nunca antes me habían dicho algo tan tremendo: “Preferimos pagarte para que no hagas televisión”. Entonces, humillado, volví a la televisión peruana con un programa político, El Francotirador, en Canal 2, y luego con uno de entretenimiento, La noche es virgen, en Canal 5, que tuvieron, para consuelo de mi alma en pena, el respaldo inmerecido del público.

A finales de 2002, casi veinte años después de mi debut en el circo fascinante y enloquecido de la televisión, decidí retirarme discretamente (si puedo hacer algo discretamente) y dedicarme a escribir, sólo a escribir.

Pasé tres años viviendo de mis ahorros y mis modestas regalías como escritor, encerrado en una casa de Key Biscayne, escribiendo de noche y durmiendo de día, y luego en un apartamento en San Isidro, al norte de Buenos Aires, donde me moría de frío y nunca podía dormir. Conseguí escribir dos novelas. Engordé bastante.

No extrañé para nada la televisión. Pensé que no volvería más. Pensé que me había emancipado para siempre de esa servidumbre onerosa y cruel. Sin embargo, a principios de este año, me hicieron una propuesta irresistible: relanzar El Francotirador en Canal 2 y agitar la campaña electoral.

Hice un compromiso breve, de sólo doce programas. Pero la aventura resultó un éxito insospechado y, como todo tiene un precio (especialmente mi dignidad), no pude interrumpirla. Sigo haciendo el programa todos los domingos en Lima, lo que me obliga a viajar con una frecuencia que podría resultar mortal.

Pensaba que a fines de año me despediría de El Francotirador y volvería a mis cuarteles de invierno a escribir. Pero, de nuevo, otra oferta perturbó mis planes sedentarios y excitó peligrosamente mi espíritu aventurero: Mega TV, un nuevo canal de Miami, me propuso volver con mi programa de entrevistas, después de largos años de ausencia en la televisión de esa ciudad. No fue una decisión fácil.

Tenía -tengo- miedo de que tanta televisión -de lunes a viernes en Miami, los domingos en Lima- me impida escribir. Tenía -tengo- miedo de que tantos viajes me impidan sobrevivir. Sin embargo, como siempre he sido un poco loco o bastante idiota o ambas cosas, acepté.

Pero tengo la certeza de que, después de un tiempo, cansado o incluso harto de la tele, esa adicción incurable, esa droga con la que vuelvo a pincharme tontamente, desapareceré de nuevo y pasaré las noches escribiendo, cuando duerme la gente buena.


ENCUENTROS DIGITALES CON JAIME BAYLY

Encuentro Digital de Jaime Bayly con sus lectores a travez de elmundo.es

1. Jaime, no te conocía hasta que empezó la temporada en La Ventana, y desde entonces estoy absolutamente enganchada a vuestra tertulia. El timbre de tu voz, tus razonamientos y la respuesta que le diste a Marsé por la reprimenda del Planeta, me parecen las cosas más brillantes que hay en el panorama intelectual actualmente. ¡¡¡GRACIAS!!!

Muchas gracias! Me alegro mucho de que me veas con simpatía. En una hora o poco más estaré en La Ventana. Besos besos.

2. Hola Jaime, soy de Lima y me encuentro estudiando en Madrid, hay algún proyecto cinematografico que involucre algunos de tus libros? creo que ya es hora de atacar nuevamente a la hipocrita sociedad conservadora limeña con otra pelicula. Saludos.

Gracias. Sí, hemos estrenado el viernes 4 en todo México la pelí "La mujer de mi hermano", basada en mi novela. Con suerte vendrá pronto a España. Saludos.

3. Hola, Jaime. Acabo de leer el primer capítulo de "Y de repente..." Y de repente me encuentro en el Perú, en su sociedad de contrastes abismales que la sola primera frase de tu novela retrata de un solo pincelazo. Libros como los tuyos tienen la propiedad de reconectarme con nuestro país cuando menos lo pienso, cuando creo estar muy lejos de un pasado al que, incluso, creo a veces ya no pertenecer. Gracias por escribir y que tengas mejor suerte en el próximo Planeta.

Gracias a ti por leerme. Es bueno saber que la novela -o lo poco que has leído de ella- te ha gustado. Saludos. Suerte.

4. Tanto tú como Maria de la "O" Janer perteneceis a la "cuadra" de escritores de Planeta, pues los dos o tres últimos libros de cada uno los habéis sacado con esta editorial ¿no crees que a los lectores y a los otros concursantes del Premio Planeta les ha dado de que hay un poquito de tongo en el premio? Venga, reconócelo, a que hay un poquito de amaño, venga, please, aunque lo escribas en minúscula.

No comparto tu opinión. Pero que cada uno piense lo que quiera y que lo diga libremente. Me parece que las críticas que se hicieron la noche del premio y la rebeldía del jurado y el pequeño escándalo que se organizó alrededor de todo eso revelan que ese jurado es bastante más exigente y chúcaro de lo que muchos creen.

5. Estimado Sr. Bayly. Un saludo y mi más profunda admiración. ¿Por qué sus personajes son tan sórdidos? ¿Exagera los tipos y las pasiones o cree que la vida está llena de personas y hechos así? No es que me disgusta; de hecho, me encanta que sea así, pero siento curiosidad por saber por qué esos temas, por qué esos personajes tan al límite. Un abrazo.

No lo sé bien. No elijo los temas de mis novelas; por lo general, me resigno a aceptar que ellos me asaltan más o menos violentamente. Pero no todos mis personajes son sórdidos. De hecho, la mucama de esta nueva novela no lo es en absoluto. Saludos, gracias.

6. Tengo 20 euros. ¿Qué libro me compro que no sea el suyo o el de Mari Pau?

Pues alguno de Marsé. No estaría mal. El amante bilingue me gustó mucho.

7. Jaime, tengo todos tus libros y me encanta como escribes. Además como persona me caes muy bien. Te oigo muchas veces en la radio y me pareces un tio con mucho criterio y con los pies en el suelo, para nada creído, si no muy simpático. Ojalá sigas escribiendo mucho porque me encanta tu estilo literario. Espero tener la oportunidad de coincidir algún día contigo y que me dediques alguno de tus libros. Enhorabuena!

Muchas gracias por leerme, por oirme en la radio y por tu cariño. Lo aprecio de veras. Espero que el destino nos reúna por ahí. Será un placer.

8. Siendo joven me enamore de tus libros...Para cuando otro libro con tematica Gay?

Gracias. Eso nunca se sabe, pero sospecho que la sensibilidad por el mundo gay estará siempre conmigo. Mi penúltima novela, El huracán lleva tu nombre, no es ajena, por cierto, a esa sensibilidad: es la historia de un chico bisexual -o más gay que bisexual- que embaraza accidentalmente a su novia y no sabe -ella tampoco- cómo resolver el embrollo. Suerte.

9. Hola....Como estas ? Tus novelas (las que he leido) siempre son temas familiares.Me refiero que todas las cosas suceden por los familiares. Esta al parecer tambien. ......cierto?Un besazo.

Gracias. Sí, en mis novelas por lo general hay conflictos familiares, y esta última no es una excepción. A veces tus peores enemigos están en tu propia familia, y allí donde deberías encontrar amor incondicional te das de bruces con una mezquindad o una miseria moral que te dejan herido, jodido.

10. Hola Jaime, que tal? he leido todas tus novelas, y he conocido Lima un poquito a través de ellas,mi enhorabuena por tu premio,hoy mismo voy a comprarlo y leerlo en mis vacaciones, y una pregunta, para cuando algo parecido a "los ultimos dias de La Prensa", me morí de risa con esa Patty. Bueno un saludo desde Canarias. M Carmen

Gracias, Carmen. Eres un amor. Pues mira: esta nueva novela, me parece, tiene un airecillo a esa novela de La Prensa, porque está muy salpicada de ese humor esperpéntico, chiflado, enloquecido de la vida peruana. Me he reído mucho escribiéndola; con suerte te reirás un poquito leyéndola. Besos.

11. Vargas Llosa, Bryce, Bayly... ¿Qué más tiene Perú, o Lima, que ofrecer a las letras? ¿Qué leer para conocer más?

Alonso Cueto, que ha ganado ayer el premio Herralde: un estupendo escritor. O Fernando Iwasaki, que vive en Sevilla y publica con Alfaguara. Los recomiendo con entusiasmo.

12. Un tema de actualidad, en pocas líneas: ¿Qué te parece la detención de Fujimori en Chile?

Me parece una estupenda noticia. Espero que lo lleven a Lima y que lo juzguen. La corrupción de su gobierno fue escandalosa.

13. ¿En esta novela vuelve a contar su consabida historia del escritor bisexual que conduce programas de televisión y se droga, o desarrolló un argumento distinto?

No va de eso. Es la historia una mucama analfabeta que fue vendida por su madre cuando era niña y de un escritor, cuya casa ella limpia, que se encariña con ella e intenta reunirla con la madre que ella no volvió a ver.

14. Me gustaría ir a verle en la presentación del libro.¿Cuando y donde lo hará en Madrid. ¿ Firmará? Saludos
Fue hoy, en el casino. Lástima que no pudiste ir. Pero entiendo que el jueves firmaré en El Corte Inglés, creo que el de Goya. Saludos.


15. ¿Todavía quieres ser presidente del Perú?

No, ya no. Por suerte para el Perú.

16. Me entusiasmó "Yo amo a mi mami" y la recomendé hasta el hartazgo; la he releído a trozos con un placer parecido al que experimento cuando abro por cualquier página "La tía Julia..." o, sobre todo, "Los cachorros". Pero después me decepcionó "Los amigos que perdí", me pareció de una estructura facilona, llena de recursos ya trillados y muy por debajo de su talento. Si a esto le sumamos que no leo un "Planeta" que me merezca la pena desde el de Muñoz Molina... En fin, compraré "Y de repente, un ángel", que me suena a Tenesse Williams (por el "suddenly..." y por monty clift).

Gracias. Qué pena que las cartas aquellas no te gustaron. Ojalá te animes a darle una oportunidad a esta novela. Y sí, en inglés suena casi más lindo: and suddenly an angel.

17. En el programa de BTV Trailer explico cual era la película de su vida, puede volver a decirla, tengo ganas de verla

Creo que fue Less tan zero, basada en la novela de Easton Ellis. Pero no estoy seguro de que fue ésa la que mencioné.

18. Siempre tratas de mostrar a tu padre en la mayor parte de tus obras como el peor ser humano que hayas conocido, es eso cierto en la vida real?, tanto daño te ha hecho?, un beso guapo aunque estes con algunos kilillos demas siempre te ves bien

Gracias. Eso me dicen, que me veo gordo. Bueno, mi padre y yo nunca hemos sido amigos, es una pena. En esta nueva novela hay una presencia opresiva de un padre que se ha peleado con su hijo por dinero y hay un intento trabado, difícil, por reconciliarse. Pero sí: las cosas con mi padre no han sido fáciles. Supongo que, siendo tan religioso y machista, le irrita mucho que a mí me gusten ocasionalmente los hombres, que sea agnóstico y que no esté dispuesto a callar mis verdades por miedo.

19. Desconozco si le gustó a usted la adaptación a la gran pantalla que se hizo de su novela "No se lo digas a nadie", pero a un servidor le agradó. Me gustaría saber que piensa usted sobre este tipo de adpataciones y si ve factible hacer lo mismo con la nueva novela, con la que consiguió ser finalista al premio Planeta. Reciba un cordial saludo

Gracias. La verdad, mucho no me gustó esa peli que hicieron de mi primera novela. Me molestó que me cambiasen tan groseramente el final: fue muy desleal a la novela. Ahora hemos hecho una peli de La mujer de mi hermano, pero preferí escribir el guión yo mismo.

20. ¿QUE OPINAS DE LAS CRITICAS DE MARSÉ? ¿CREES QUE ALGUIEN TAN IMPORTANTE EN LA LITERATURA ESPAÑOLA DEBA HACER ESE TIPO DE DECLARACIONES? ¿TIENE BULA POR SER QUIEN ES?. Santi (Santander)

Gracias, Santi. Me parece que es un gran escritor y que tiene todo el derecho de criticar lo que no le gusta y que cuando te critican lo mejor es escuchar con humildad y tomar las cosas con calma y sentido del humor. Enojarse y responder mezquindades no conviene.

21. Nos gustaría saber por donde van tus preferencias literarias. ¿Cual es tu libro favorito?
Es imposible decir un solo libro favorito. Pero me gustan mucho Vargas Llosa, Bolaño, Capote, Vila Matas, Marías y muchos otros.


22. Hay un refrán que dice, entre todos lo mataron y él solito se murió. Pues ahora va a resultar que nadie del jurado te votó (por lo menos nadie lo reconoció públicamente) pero sin embargo ganaste el segundo premio entre 500 participantes ¿no es esto como encuentros en la 3ª fase?

Bueno, es curioso, porque yo quedé finalista en la última votación con 3 votos y Pau ganó con 4 votos. De manera que, siendo 7 los miembros del jurado, no queda nada claro quién votó por quién. Y tampoco queda claro -al menos a mí no me queda claro- por quién votó el gran Marsé.

23. Hola Jaime, te escribo desde Lima. Hay una proliferación de blogs peruanos en los que sus jovenes autores coinciden en que tu jamas deberás ser un referente de la literatura peruana. Responderas que ellos tienen razon, pero ¿no te gustaria responderles con algo más que ironía y una salida facil, como las que siempre tienes? Gracias.

Gracias. Me parece muy saludable que los escritores jóvenes se expresen en los blogs. Lamento que muchos de ellos o algunos de ellos o todos ellos no me aprecien como escritor. No diré ninguna ironía -la ironía, por lo demás, no es una salida fácil, como dices- sino simplemente que celebro la diversidad de opiniones y los animo a que sigan escribiendo con pasión y espíritu crítico.

24. ¿Cómo se puede conjugar esa faceta de "terrible Jaimito" que usted se gasta con esta corrección extrema y casi miedosa que está usando ahora mismo para responder a las preguntas de este foro?

Bueno, nunca he sido tan terrible como dicen. Es una exageración de mis amigos o de mis enemigos.

25. Con esas gafas pareces una mezcolanza entre un Mod descafeinao y un policía secreta de la etapa post-franquista. no, ahora en serio, pareces un típo bastante lúcido e interesante. Dinos tu opinión acerca de la mezcla de culturas que se está llevando a cabo con la inmigración ¿Ves Madrid en 2020 como una Lima multiétnica y caótica? Mójate! Un saludo, y enhorabuena por el premio. Paco (Madrid)

He dormido dos horas apenas y no me da la cabeza para vaticinar cómo será Madrid en quince años. Lamento defraudarte. Por lo demás, creo que la inmigración enriquece a una sociedad y no la debilita o empobrece, y los Estados Unidos son un buen ejemplo de ello.

26. Hola Jaime, dime para ser escritor hay que nacer o el escritor se hace no nace.Gracias y cuidate.

Buena pregunta. No lo sé. Creo que, al menos en mi caso, las circunstancias o el azar tuvieron mucho que ver con que me animase o me resignase a ser un escritor.

27. Buenas tardes! ¿hasta que punto es autobiográfica su novela? ¿Es más dificil escribir sobre la vida de uno o inventarse una vida para un personaje? Felicidades por el premio! Besitos, Susana.

Es autobiográfica en la medida en que el personaje principal, Mercedes, la mucama o el ángel, existe en la vida real y se llama así mismo y fue vendida por su madre cuando era niña. Pero luego, claro, uno inventa, fantasea, miente y distorsiona la realidad.

28. Jaime, ¿cómo puedo llegar a publicar mi primera novela arrancando desde mi estado actual en que nadie me conoce o ninguna editorial va a valorar mi obra por ser un desconocido? ¿Qué pasos habría que seguir? Esencia

Es difícil. No sé darte un consejo seguro. Lo que yo hice fue mandar el manuscrito a cinco o seis editoriales españolas y cruzar los dedos. Sólo una, medio año después, me respondió y se animó.

29. Saludos Balbicito. ¿No crees que "los últimas días de la prensa" sería una bomba llevarla al cine. Para mí es el mejor libro que has escrito, quizás porque me pones bien relinda. Saludos de Patty

Gracias. Me encantaría llevarla al cine. Creo que daría una peli muy divertida.

30. ¡hola! me gustaron mucho tus novelas "No se lo digas a nadie" y "La noche es virgen". No encuentro por ningún lado "Fue ayer y no me acuerdo" , en todas las librerías me dicen que no está en el catálogo. ¿dónde podría encontrarla? Saludos

No sé. Depende mucho de dónde estés. Pero lo más seguro es buscarlas en Amazon o una de esas tiendas de internet.

31. Cree que en la sociedad en la que vivimos, en pleno siglo XXI, aún es dificil hacer entender a los demás que es la "bisexualidad" ;? Yo creo que es algo mucho menos aceptado que la homosexualidad y por supuesto mucho más incomprendido. ¿Usted que opina? Un cariñoso saludo desde Compostela! *Su*

Mucha gente cree que la bisexualidad es una mentira, una simulación, una pose; pero en mi experiencia existe y da igual que te crean o no te crean, lo importante que es aprendas a vivir tu sexualidad sin miedos ni complejos.

32. Jaime, tengo un colega que está obsesionado con irse a Costa Rica (fíjate que cosa más literaria). tu que eres hombre de mundo, y conocedor de aquellas latitudes, dámele argumentos para que se quede, y deje de hacer el canelo con su vida. Gracias mil. Antonia

No me atrevo a disuadirle. Que haga lo que le dicte su instinto. Lo mejor es seguir tu propia corazonada y correr las aventuras o los riesgos que tienes que correr.

33. Jaime: Vení para Argentina, por favor! Te necesitamos! Cada vez que te leo, quisiera haber nacido en Perú (o algo así) ¿Conocés a algún escritor argentino de tu generación que te guste? A mí me parecen todos un pelmazo. Besos. Carolina.

Gracias! Eres un amor. Iré en diciembre. Amo tu país. Hace dos años estoy casi viviendo allí. Hay dos o tres argentinos de mi generación que me gustan: Fresán, que está por acá en Barcelona -es un freak pero tiene cosas geniales-; Forn, que creo que se fue a Villa Gesell; Mairal: me encantó su Sabrina Love y lo llamé para decírselo; y Alan Pauls, que es muy bueno. Besos besos.

34. Jaime, te escribo desde Lima, ¿qué opinas de los nuevos escritores peruanos?, felicitaciones

Habría que definir quiénes son los nuevos. Pero, como dije, me gustan mucho Cueto e Iwasaki, aunque, claro, tan nuevos ya no son.

35. Hola Jaime, creo que leerte es siempre, (bueno, casi siempre) un placer; acabo de leer el primer capitulo y me parece que vale la pena seguir, sabes como conseguir este libro en Estados Unidos? Cuando sera editado aqui?

Gracias. Creo que saldrá muy pronto por allá. A más tardar en un mes. Suerte.

36. ¿Qué 3 libros llevarías a una isla desierta?

Ninguno de los míos, eso seguro.

37. Hola Jaime, ¿es importante el titulo de una novela? Gracias, encantado.

Muy. Muy. Muy importante. Marías pone los títulos más lindos.

38. Si alguien que no ha leído nada tuyo quisiera empezar a hacerlo ¿qué libro le recomendarías?

El que encuentre primero. El que mande el azar.

39. Jaime: Sou un gran y agradecido seguidor de tu literatura, La aprecio muy fresca y me interesa casi todo lo que escribes. Te sugeriría que, aunque no sea tu tema, aproveches la actual realidad peruana (el cholo Toledo y sus "aventuras", el chino y sus esperpentos, Montesinos y unos cuantos (no hace falta que sean muchos) de los politicos criollos... tienes material sobrado y bueno para hacer una buena novela, procurando que no se quede en simple historia; eso que lo hagan otros. ¡Felicidades por tu premio! ¡Ojalá vendas mucho!. Puedes estar seguro que yo sí compraré de inmediato. Al menos tienes garantizado una venta para que puedas consolar a tu mamá y a tu papá y decirles que, al menos, hay un lector que te sigue en España...(es broma). Manolo

Gracias, Manolo. Eres muy generoso. Espero que la novela te guste. Mis padres, me temo, no la leerán; y si lo hacen, dirán que no la han leído. En cuanto a la política, no sé si me apetece escribir de esas cosas tan siniestras.

40. Sabemos que la relación con tus padres fue algo conflictiva; qué es lo que más valoras ahora en ellos?

Lo buenos y generosos que son con sus muchos hijos, nada menos que diez. No debe de ser fácil criar a tantos hijos juntos.

41. JAIME, SALUDOS DESDE GUATEMALA. PORQUE? SE TE HACE TAN FACIL, DARLE DE QUE HABLAR A MUCHAS PERSONAS QUE TIENEN NADA IMPORTANTE QUE PUBLICAR.

No sé. No tengo idea. Pero no me molesta que hablen de mí, aunque digan insidias. Es mejor provocar reacciones encendidas que no provocar sino la indiferencia. Ese es el peor castigo.

42. Jaime, "Yo amo a mi mami" me parece de lo mejorcito que he leído nunca... A todo esto... ¿cuándo te van a desheredar de una vez tus padres?

Gracias. Ya lo hicieron hace mucho. Aunque mucha herencia no queda. Así que la herencia, por así decirlo, se ha desheredado solita.

43. Hola Jaime! ¿Cuáles son tus grandes pasiones después de la conocida

Mis hijas. El cine. El fútbol -pero el bueno.

44. Jaime, ¿cual es tu particular canon de la literatura latioamericana?

Hay muchos escritores que me encantan. Creo que se ha renovado con mucha originalidad y muchos bríos.

45. entre la metaficción y la duda epistemológica a la manera de Thomas Pynchon, el existencialismo de John Barth, las metaficciones de William Gass, William Gaddis, Raymond Federman o Gilbert Sorrentino, ¿donde ubicas tus libros? Gracias y un saludo de CG desde Lima.

Ni idea. Ahora mismo me ubico en las ganas epistemológicas que tengo de echar una siesta. Mejor ubícalos tú. Yo no soy bueno para hacer teoría literaria. Me aburre.

46. Querido Jaime, da la sensación de que el entramado editorial de perú no es muyconsistente. Los grandes escritores peruanos pueden hacer algo para cambiarlo, editando en sellos peruanos?

No lo sé. Siempre es mejor publicar en un sello pequeño que no publicar nada. Entiendo que Peisa edita buenos libros, Alfaguara también, ahora Planeta abre casa en Lima y hay nuevas editoriales pequeñas, como Estruendomudo, que prometen.

47. ¿Donde se inspira el humor de tus libros?

Ni idea. Supongo que está en mis genes.

48. ¿Hay que ser de izquierdas para moverte con soltura en el mundillo cultural español o latinoamericano?¿Escapas tú a ese cliché? Enhorabuena por tus libros, me encantan.

Gracias. Bueno, sí, supongo que ser de izquierdas da un cierto prestigio si eres escritor. Pero yo no sé qué coño es ser de izquierdas. Si ser de izquierdas es admirar a Fidel y a Chávez y a Maradona y a Evo Morales, yo paso. Pero si ser de izquierdas es admirar a Lagos o Zapatero, entonces soy de izquierdas.

49. ¿Por qué cambia tan a menudo de editorial? ¿Son cosas suyas o de su agente?

Lo decide mi agente, Carmen Balcells. Tampoco he cambiado tanto. Publiqué tres novelas en Seix Barral, tres en Anagrama y uno de poesía, y ya van tres en Planeta.

50. hola jaime. parece que esta edición del planeta está siendo más que polémica. primero fue marsé, pero hoy umbral tampoco se ha quedado corto. ¿qué está ocurriendo? ¿crees que las letras españolas están cayendo en franca decadencia?

No lo sé bien. Creo que los escritores mayores, de indudable talento y prestigio, quizá tienen una sensibilidad distinta de los escritores más jóvenes. Pero el intercambio de opiniones no es malo. Los escritores somos muy vanidosos y un poco de crítica nunca viene mal.

51. ¿Qué es lo que mas valoras del Perú? ¿Por qué no vives allí?

La mucha gente buena que hay allí. Vivo una semana al mes en Lima, o sea que estoy siempre un poco allá.

52. Que te parece la literatura escrita por Eduardo Mendicutti ..que otro escritor que aborde la tematica gay de una manera tan magistral me recomendaria Un abrazo Eddie

Me encanta Eduardo. Soy un gran fan suyo. Es genial, divertido, de una gran ternura y de un humor impredecible. Y tiene unos títulos estupendos. Otro como él no hay.

53. ¿Qué opinión tienes de María de la Pau Janer? ¿Te sentías merecedor del Premio Planeta? Gracias y un saludo.

Me cae muy bien. Es un amor. Todavía no he leído Pasiones romanas. Pero yo nunca he sentido que merezca ningún premio. Por eso, cuando algunos miembros del jurado dijeron que no merecía el segundo premio, les di toda la razón, porque mi instinto me dice que no merezco ningún premio, salvo, con suerte, el premio mayor, que es que te lean mucho.

54. He seguido su trayectoria profesional desde que estaba presentado un progama de entrevistas en Miami, y creo que han sido, aquellos programas de finales de los ochenta y noventa los de más calidad que he visto en la TV americana (hablando de todo el continente). Y me gustaría hacerle una pregunta, ¿Cómo ha reaccionado la sociedad peruana, bastante conservadora, que usted contara "a voces" lo que sólo se comentaba en privado?.

Muchas gracias. Eres muy generoso. No me gustaría generalizar: hay en el Perú personas más conservadoras que me ven con hostilidad, pero hay también no pocas personas más abiertas, liberales, tolerantes, que me leen con cariño y que me tienen simpatía. De todo hay. Y mi percepción es que la tolerancia va ganando espacios y los prejuicios van cediendo un poco -pero no mucho.

55. Jaime, escribirías unas memorias, o antimemorias, te gustan como tipo de ficción?

No todavía. Sólo tengo 40. Para un escritor, es poco.

56. Te conoci en mi paso por Chile,me encantas,que le vas a contestar al personajillo que te censuro.Gracias y me alegro que participes en la ventana.Besos desde Varsovia

Muchas gracias. No me gusta contestar las críticas. No sirve de nada. Lo mejor es tomarlas con humor y reírte de ellas. Suerte.

57. Quien es el gran amor de tu vida?

Mis hijas.

58. ¿Te molesta que digan que eres un pijo? ¿Por qué subyace siempre esa idea -al menos en España- de que para ser un buen creador de la disciplina que sea hay que tener unos orígenes muy humildes? Besos,

No me molesta. No creo que lo sea. Si fuera un piojo, quizá no habría publicado ciertas novelas: me habría importado más seguir perteneciendo al club. No creo que el origen determine la calidad de la obra. Es un tópico tonto. Gracias. Besos.

59. Además de querer presidir el país, de no vivir en el Perú, y de tener agente literario en barcelona, que más caracteriza a los grandes escritores peruanos?

Cada uno es cada uno. Es comprensible que ciertos escritores quieran a veces tomar cierta distancia del Perú para encontrar un lugar más propicio para escribir. Pero a mí me encanta volver a Lima cada mes y, si tuviera que elegir una sola ciudad para vivir el resto de mi vida, si no pudiera volver a viajar nunca más, no dudaría en quedarme en Lima.

60. ¿Que es para Jaime Bayly un sentimiento tan universal y al mismo tiempo tan diferente para cada persona como es el amor? Graciñas y felicidades! SUPY

Cualquier cosa que diga quedará como una cursilería. Marguerite Yourcernar dice algo muy bonito: entre nosotros existía algo mejor que el amor: la complicidad.

61. Supongo que es usted consciente de su propio cinismo ¿es así?

No soy consciente de nada. Soy felizmente inconsciente.

62. Hola Jaime un placer.¿Que tienen tus libros del Jaime del dia a dia desde el mismo momento que despiertas hasta que decides ir a dormir?

Mucho, mucho. Mi alma está en ellos.

63. Hola Jaime, felicidades por el premio. ¿Cual es el proceso que llevaste para escribir el libro? ¿Tardaste mucho en escribirlo? Gracias.

Me tomó dos años casi. Lo escribí en Buenos Aires.

64. hola jaime. tan sólo decirte que me encantan tus primeras novelas, no tanto las últimas, aunque sueles hacerme reír casi siempre. como en la carta de tu madre instando a devolver el premio. sé que estarás harto del tema, pero desde aquí mi apoyo. y a ese gran escritor que todos suponemos que es juan marsé, invitarle a ser coherente y a tratar de recuperar fama y prestigio con la pluma y no con el escándalo y la pataleta.

Gracias, gracias. Qué bueno que te reíste con el articulillo de humor. Mucha suerte. Todo lo mejor. Me voy a dormir una siesta. Ya viene Pau. Gracias a todos. Suerte.

65. ¿Por qué llamas a la ciudad de Lima "LA HORRIBLE"?

No soy yo quien la ha llamado así. Fue un escritor peruano muy fino, Sebastián Salazar Bondy, que ya murió. Desde entonces, aquella expresión, justa o cruel, ha quedado atada a Lima en la imaginación popular.

Gracias a todos. Mucha suerte. Hasta pronto.


¿QUIEN ES LA MAMI ?

En 1994 Jaime Bayly ( Lima, 1965) irrumpió en la escena literaria española con No se lo digas a nadie (Seix Barral) —llevada al cine en 1998—, una novela que cuenta la historia de un joven limeño de clase alta que descubre su bisexualismo, cae en el mundo de las drogas y finalmente encuentra su "nicho" lejos del entorno familiar.

Es en Miami donde se refugia Joaquín Cordero; ciudad donde Bayly tiene su base de operaciones. Tres años e igual número de novelas más tarde, el joven escritor gana el premio Herralde con La noche es virgen (Anagrama, 1997), y Lima sigue figurando como protagonista. Porque aunque Bayly escapa de Lima, donde nunca pudo escribir, sus personajes siempre regresan a la ciudad donde nació y se crió.

Sin embargo, hasta el momento conocemos la ciudad desde una óptica transgresora, donde la cocaína y las discotecas juegan un papel central, donde el autor explora el homosexualismo o, más incorrecto políticamente aún, el bisexualismo. Es por eso que uno se sorprende al leer el título de su más reciente libro: Yo amo a mi mami (Anagrama, 1999).

¿Conoceremos secretos aún más sórdidos sobre la burguesía limeña? ¿Una relación edípica llevó al personaje a hacer esta declaración de amor 'contra toda esperanza'? Y con ese morbo comencé a leer esta historia tierna —sí, un relato conmovedor escrito por el chico maldito— de un niño tímido y solitario llamado Jimmy que sueña con ir a Disney World.

Pero antes de emprender el viaje hacia el "Reino Mágico" sufrirá algunos desengaños y nos permitirá conocer a seres entrañables, humildes, que llenaron de amor su infancia. Como de costumbre Bayly nos sumerge enr la hipocresía que impera en la alta burguesía de su ciudad natal, en el racismo y el fanatismo religioso que sirve de ancla al status quo social.

En esta narración envuelve esa realidad y aguda crítica social bajo una capa engañosamente dulce.

Entrevista realizada por Marcia Murgado en Barcelona, sobre este libro, sus personajes y la vida en general.

BR: Comencé a leer tu más reciente novela esperando que el protagonista fuera violado por su madre en cualquier momento...
JB: Es un poco inverosímil que yo escriba una novela llamada "Yo amo a mi mami", ¿no?

BR: ...tremendamente...
JB: Al punto que no te exagero si te cuento que más de una persona me ha dicho ¿qué, has escrito una novela sobre, digamos, un amor edípico inconfesable? Pues no, no es eso...

BR: Yo lo pensé y comencé a leerla con ese morbo y encontré una novela corrosiva.
JB: Tiene esa otra lectura tramposa que también me gusta porque puede incitar al morbo, el lector que me conoce mejor... claro, dice, este tio ha escrito una novela en la que se va a acostar con su madre tarde o temprano, pero eso no ocurre y creo que esta bien que no ocurra porque es un niño muy tierno, todavía muy inocente lo cual para mí ha sido un verdadero esfuerzo.
Claro, el punto de vista del relato es el de un niño de diez años y entonces había que intentar darle a la novela una mirada inocente, desconcertada, muy dulce...

BR: Y muy divertida, me desternillaba de la risa
JB: Ah, si...

BR: ...pero, a carcajadas.
JB: Ay que bueno, para mi no hay mejor elogio...

BR: Ojo, cuidado que tus padres no te manden un hit team...
JB: Bueno... (risas)

BR: ¿No temes que te quieran matar tus propios padres?
JB: Ja, ja, ja... mis padres... yo creo que me he llevado ya todos los desegaños y ya no tengo muchas ilusiones, con mi padre sobretodo, creo que va a ser difícil que podamos entendernos, ser amigos...

BR: El retrato que haces de él es uno jodidísimo. Es un retrato de la vulgaridad: un pedómano... Aunque no lea la novela, cuando alguien le cuente de que va, ¿cómo crees que reaccionará?, ¿es esta tu venganza?
JB: He intentado escribir una novela a corazón abierto, yo no he querido vengarme de nadie, no he tenido ningún espirítu agrio, rencoroso contra nadie; todo lo contrario. Creo que por primera vez me he atrevido a escribir una novela sin estar enfadado; la he escrito serenamente. Sin embargo, he intentado recrear, revivir el mundo de mi infancia, y en ese mundo, como le ocurre a Jimmy, mi padre era un personaje distante y ceñudo. Era un personaje un tanto adusto y un tanto mandón, y así queda retratado en la novela. Mi madre no, mi madre es un poco como la madre de Jimmy, es una señora muy amorosa, también muy ingenua, una ingenuidad que yo creo que encontraba un perfecto desahogo en la beatería, en el fanatismo religioso...

BR: ...muy conveniente...
JB: ...muy conveniente, para expiar las culpas y para, digamos, integrarse bien al mundo pijo limeño. Pero, no ha habido ningún espíritu de revancha; ahora, mi padre no la va a leer, no la ha leído.

BR: ¿Cuándo sentiste ése desencanto con tu padre por primera vez?
JB: No lo sé, no lo recuerdo, me imagino que cuando era muy niño, me imagino que cuando era muy niño. Mi madre me dice que cuando yo era muy, muy pequeñito... adoraba a mi padre, me encantaba estar con él, pero mi padre estaba siempre ocupado, siempre viviendo de prisa, yo no recuerdo que mi padre y yo nunca fueramos amigos. No tengo un recuerdo de una relación cálida. No.

BR: ¿Eres un elemento de fricción entre tus padres?
JB: Pues ya no, porque yo me he retirado de ese escenario bélico. Yo ya no estoy allí, es decir, yo he encontrado mi propio camino. Yo creo que en mi familia, como en muchas otras de América Latina, el amor, el placer, han sido desterrados por la imposición de la fe y de los dogmas religiosos que exaltan el sufrimiento, que ven en el sufrimiento la redención, que ven en el sufrimiento un mérito, un valor...

BR: ...en el sufrimiento de los otros...
JB: ...en el sufrimiento de los otros, pero en el de uno mismo también, en el autosufrimiento, es decir que la religión postula, sugiere que a pesar de que tu matrimonio sea para ti una fuente inagotable de sufrimiento, tu debes persistir en él porque tienes un compromiso irrompible con la divinidad; bueno, claro, yo lo atribuyo todo a esa superstición tan perniciosa que es la religión. Y en el caso de la religión católica, pues yo creo que es una de las religiones más machistas y homofóbicas, y enemigas del placer. Yo encuentro ahí el origen de mi vocación por la literatura... Ja, ja, ja... El Papa tiene la culpa... (más risas).

BR: ¿Quién es la 'mami' del título, la madre de Jimmy o Manuela, la cocinera?
JB: En el sentido literal se puede entender como una confesión de amor de Jimmy a su madre, pero yo no sé si después de leer la novela uno se queda pensando si Jimmy ama más a su madre o ama más a Manuela.
¿Quién es para Jimmy su mami?, esa pregunta queda abierta... Yo creo que al final de la novela, él siente un amor filial por Manu, por la cocinera. ¿Quién es la madre, la mamá o Manu? Yo en realidad, el título lo he escogido porque me parecía tenía varias lecturas: la lectura muy tierna, muy elemental de la primera caligrafía escolar: Yo amo a mi mamá, yo amo a mi mami, mi mamá me mima, es decir el aprendizaje.
Esta es una novela sobre el aprendizaje de la vida. En ella Jimmy descubre el amor, descubre la soledad, descubre las inmensas contradicciones de la vida peruana, descubre en su amiguita Annie, en sus amigos del colegio, que las ilusiones se van perdiendo, se van rompiendo también. Esta es una novela de aprendizaje, por eso he querido llamarla "Yo amo a mi mami".

BR: En tu formación como escritor, ¿cuánto te ha influido Vargas Llosa?
JB: Muchísimo... Vargas Llosa, yo creo que ha sido la influencia más marcada, más poderosa que he tenido yo como escritor, sin dudas. Leyendo sus primeras novelas yo sentí algo que nunca había sentido y es que yo quisiera escribir como escribe este señor.
Esta suerte de mitad envidia, mitad deslumbramiento con un libro; por otro lado tengo la suerte de conocerle, de cierto modo me siento su amigo, amigo de su familia y yo creo que Mario tiene toda la culpa de que yo sea escritor.
Y luego si no fuera por él, seguramente mis libros no se publicarían en España. Él me hizo unas observaciones, me hizo unas sugerencias, me animó a continuar en el empeño, me ayudó a enviarlo a varias editoriales acá, es decir fue inmensamente generoso conmigo. Algo que es muy raro en el mundo de los escritores por otra parte donde hay tanta mezquindad y tanto celo, ¿no?

BR: ¿Es un poco tu padre?
JB: Es un poco el padre que escogí, es un poco el padre que yo escogí... lo que me da miedo y debería darle miedo a Mario porque yo soy un parricida pues comprobado y en algún momento voy a intentar matarle también.

BR: ¿Has mantenido contacto con las personas en quien te inspiraste para crear los personajes que aparecen en esta novela?
JB: Si..

BR: ¿Los ves cuando vas a Lima?
JB: Si, en realidad esta novela ha surgido un poco de esa nostalgia, me he preguntado que sería de ellos y los he intentado encontrar, algunos ya no estaban y, ese primer ejercicio nostálgico ha derivado luego en una novela...

BR: ¿No te han decepcionado?
JB: No, no, nunca me han decepcionado, jamás... para ellos yo sigo siendo Jimmy, yo creo que ellos me siguen mirando como si yo fuera Jimmy y me siguen tratando como si yo fuera Jimmy, y así va a ser para toda la vida, por eso es que no caben decepciones...

BR: ¿Y cuándo a Jaime lo atacó la sociedad limeña, encontró o buscó refugio en esa gente?
JB: No los veía mucho en aquella época porque me fui y no volví por un tiempo y estaba muy peleado con el Perú, que ahora no, ahora me he reconciliado bastante con mi país, pero en aquella época un poco que le dí la espalda al Perú porque me trató muy mal. Pero aún en los peores momentos yo si recuerdo una conversación que tuve con uno de estos personajes tan entrañables, que es el jardinero...

BR: ¿El Chino Felix?
JB: El Chino, que termina pues muy enfermo y muy golpeado porque tiene una sucesión de accidentes. Recuerdo que él me dijo no hagas caso a las críticas, todo esto te conviene, te estas haciendo muy famoso, deja que hablen de ti, no les contestes. Me dijo tres o cuatro cosas muy simples pero muy sabias, tenía razón. (Pausa) Me dijo: no les hagas caso, no te molestes, no se te ocurra contestarles, cuanto más hablen de ti, aunque digan las peores barbaridades, mejor será para ti, más se va a vender el libro, y más famoso serás. Bueno pues tenía razón. Mario Vargas Llosa a su manera también me dijo lo mismo cuando me vio un tanto sacudido por esos ataques: "lo peor que le puede pasar a un escritor es que su primera novela pase inadvertida, lo mejor que le pueda pasar es que su primera novela produzca un escándalo descomunal..."

BR: ¿No sabías que iba a ser escandalosa?JB: No, no; vamos tampoco soy tan despistado, era una novela fuerte para Lima...
BR: ...era una novela fuerte para el mundo hispanoamericano...

JB: ...para el mundo hispanoamericano, pero yo no me imaginé que la prensa, sobretodo la prensa canalla de Perú, me iba a decir las cosas que me dijo, eso estaba beyond my wildest dreams, ni... porque fue de una, veamos, de un nivel de ferocidad y de invasión de mi, de mi privacidad que yo no me imaginé, ¿no? Por otro lado, Marcia, nunca hubo la menor consciencia de que esto era una obra de ficción, desde luego alentada, entroncada, enraizada en mi propia vida, yo lo he dicho también, yo parto de mis recuerdos, pero luego fantaseo, no es lícito asumir que es libro sea, y tú lo sabes mejor que yo, la confesión de todos mis secretos y el relato de mi vida, es decir, eso no es una obra testimonial... no lo es. Claro que uno lo dice y de nada sirve porque la gente piensa igual...

BR: Hay un cambio en esta novela, respecto a las que escribiste antes...
JB: He intentado que esta novela capture el mundo de un niño, entonces, he tratado de que esté contada con la llaneza, con la sencillez, con la inocencia de un niño. La voz del narrador está muy entrelazada con los diálogos, esto es algo que a mi me gusta porque por lo menos a mi, como lector, me ayuda, me entretiene, es decir, creo que le da a la historia una cierta intensidad visual, cinematográfica. A mi no me gusta detenerme a describir un salón en cuatro párrafos, creo que es perfectamente inútil. En estos tiempos en que todo es tan visual yo creo que la literatura tiene que tener esa calidad cinematográfica, no encuentro mejor adjetivo. Yo creo que el cambio más importante de esta novela, con relación a mis libros anteriores, no está tanto en el estilo como en los temas y en los sentimientos, creo que es una novela, como tu dijiste al comienzo, que puede ser una bomba pero que está envuelta, que está presentada de una manera muy suave...

BR: Pero golpea, a mi me golpeó.
JB: Bueno a mi también, a mi también, escribiéndola a mi me conmovió mucho.

BR: En alguna parte leí que decías haber llorado...
JB: Es verdad, es verdad, claro hice la aclaración de que había llorado de emoción y no porque la novela me pareciera impresentable, hice esa aclaración...

BR: ¿Con qué lloraste?
JB: En muchas escenas, lloré cuando Manu se muere; lloré cuando el abuelo Leopoldo se enferma; lloré cuando el abuelo le da una palmadita y se ríe con él al descubrir que es Jimmy quien le ha chocado la camioneta; lloré cuando Annie se va; lloré cuando Jimmy sufre tanto porque Henry Cannok, que primero tiene el valor de seguir usando el uniforme inglés y despreciar a los militares, se va a Miami; lloré con Leo, lloré cuando Leo se tiene que ir a Chincha porque ya le han vendido la camioneta Negrita que él adoraba. Lloré mucho, yo creo que lloré cada vez que Jimmy lloraba, cada vez que él se quedaba desilusionado, yo lo sentía con él. Me ha conmovido mucho la novela y espero que a mi madre le acabe de gustar. Tengo mis dudas como tú porque la conozco y porque...

BR: Si tu madre se parece a la de Jimmy, no te sugiero que hagas apuestas.
JB: ¿Tu crees que no le va a gustar? Pero yo creo que sí, ¿sabes por qué? Yo creo que se parece a la mamá de Jimmy y creo que le va a gustar porque lo que más me va a agradecer es la portada, me va a perdonar todo lo demás porque en la portada sale tan linda que entonces el libro le va a encantar... (Risas)

BR: ¿Qué encuentras en Miami que te apetece?
JB: Soy un defensor de Miami, ¿sabes? yo encuentro en Miami unos níveles de libertad, de paz, tranquilidad y de comodidad que me gustan; en Lima no me siento tan libre y ciertamente no me siento tan tranquilo, y creo que no estoy tan cómodo como en Miami. Y todo eso es bueno para escribir, aunque mucha gente me dice que Miami es una ciudad perfectamente antiliteraria, bueno sí, yo reconozco que no es París, no es Barcelona, no tiene ese encanto decadente, bueno, pero para mí como escritor Miami es una ciudad muy propicia, muy conveniente...

BR: ¿Cómo es el proceso tuyo para escribir? ¿Te levantas temprano?
JB: Tengo una disciplina. Si, me levanto temprano, no tan temprano, no me gusta madrugar, pero lo primero que hago es que me siento y escribo, y escribo cuatro o cinco horas, y cuando termino no contesto el teléfono, me aislo, quedo callado, creo que el silencio, la soledad, la concentración son claves para escribir. Yo no puedo estar contestando el teléfono, no puedo estar oyendo gente a mi alrededor, me aislo mucho y... porque además, me gusta emocionarme cuando escribo, no me gusta escribir con absoluta frialdad; no, me gusta... creo que tu puedes comprender eso, me gusta vibrar con la historia, ¿no?

BR: ¿Te la planteas de principio a fin a priori o va creciendo con el proceso?
JB: Pues yo tengo una manera un poco, porque lo hemos hablado eso con Mario Vargas Llosa y con otros amigos escritores, mi manera de escribir creo que es un tanto atípica. Yo lo que hago es pienso primero los personajes, tengo primero los personajes; una vez que están más o menos diseñados esos personajes, ellos me arrastran, ellos van encontrando el derrotero, nunca sé bien cómo va a terminar la historia; esto es algo que a medida que va avanzando y a medida que yo me voy entregando al relato, de pronto se me hace evidente, pero no tengo el camino perfectamente delineado desde el principio.

BR: ¿Qué lees?
JB: ¿Ahora? Ahora estoy leyendo a Bolaño y me gusta... estoy leyendo "Los detectives salvajes", ya me ha gustado mucho "Llamadas telefónicas", me parece que es un narrador de una seriedad, de una sobriedad, me gusta mucho. En fin, siempre estoy leyendo algo.

BR: ¿Lees más autores latinoamericanos o lees autores norteamericanos?
JB: No, leo más latinoamericanos y españoles, me gusta más leer en nuestra lengua. Y creo que hay nuevas voces y nuevos narradores en hispanoamérica, en latinoamérica sobretodo, muy interesantes.

BR: Durante tu presentación de la película "No se lo digas a nadie" en el Festival de Cine de Miami hablaste en castellano ante un público compuesto de latinos y norteamericanos. ¿Que te decidió a hacerlo?
JB: Me siento más yo.

BR: ¿No fue un statement?
JB: También fue un statement porque yo soy un escritor peruano, yo escribo en español y como le dije a mi buen amigo Nat [director del festival] en esta ciudad todo el mundo me va a entender, que los gringos aprendan español y ya está...

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